Somos seres humanos (Pese a que democráticamente
hablando, creo que a mí ya me han exiliado de ese estadio), pero ante todo
somos materia, somos un conjunto de partículas que, como tal, debe aceptar las
implacables órdenes de lo dictado por el universo y, más cercano, a lo dictado
por nuestro propio cuerpo, por los límites de lo que nuestras células pueden
llegar a realizar.
Aun
así, hay una parte de nosotros que escapa de toda norma, una parte de nosotros
que, en un principio, no está gobernada por ninguna ley más allá de las que
nosotros creamos necesarias: nuestra mente. Supongo que muchos o todos habréis
pensado que me refiero a eso, ¿pero cuantos habéis pensado en lo que realmente
significa? Cada pequeña porción de materia tiene a su disposición un universo
personal controlado enteramente por él, un algo tan poderoso que incluso ha
sido considerado durante siglos como una parte ajena del propio ser, como una
causa obligatoria para la propia vida. Y esto, pese a ser falso, no puede ser
más correcto.
Sin materia, no hay vida; sin
mente, sí, pero dónde quedaría la vida
¿A dónde quiero llegar? Buena
pregunta. Necesitaba una introducción, necesitaba explicar lo que siento cuando
os hablo de esto antes de comenzar a hablar de ello, esperando que podáis entonces
sentir lo que yo siento cuando hablo de leyendas.
“podrías haberte evitado todo ese rollo” Diréis algunos, pero para mí,
era completamente necesario, porque una leyenda no es simplemente una historia
exagerada, es la unión perfecta entre lo más profundo de nuestro ser y la
realidad física, y eso es lo que intento explicar y lo que espero que veáis
cada vez que leáis estas historias, cada vez que encontréis un punto de
absurdo, quiero que penséis que es posible que haya más realidad que fantasía, que
cada elemento humorístico tiene un porqué que puede trasladarse a un ámbito
menos ficticio.
Las leyendas son esas cosas que a
todos nos gustan independientemente de que lo que leamos tenga más o menos
verdad ya que, después de todo, lo importante no es que Hércules realmente haya
matado a una hidra, que alguien se haya cascado una buena paja una agradable
tarde de verano en el ágora o que la Barba de Ruizo sea uno de los señores de
la guerra más importantes del Siglo XXI (Una de estas tres afirmaciones es
cierta), si no saber que parte de ella es verdad
Por
eso me he dicho ¿Qué me detiene de forjar mis propias leyendas? ¿Qué me detiene
de contar la “verdad” que yo veo de esas “Grandes” personas que he conocido en
mis viajes por los duros y turbios senderos de la negligencia mental? Absolutamente
nada, nada me detiene, sin embargo, sí que hay algo que me estimula a hacerlo, el
hecho de poder mejorar algo tan inmejorable que la realidad
Finalmente
como resumen quiero recordar que esos personajes son reales, que cualquier
historia (Más o menos exagerada) que escriba aquí está unida a una vida actual
y cierta, por muy impresionante que sea.
Por eso, sin más preámbulos me
enorgullezco de presentar la sección de “Mitos y Leyendas” que escribiré junto
a mi compañero Winz (Únicamente por el momento) .
No hay comentarios:
Publicar un comentario