Esto es un artículo serio, no esperéis humor negro ni muchas
risas.
Buenas pequeños seres del inframundo que no han tenido el
calor de una madre y tienen que leer blogs de mierda como este para saber que
hay gente más enferma que ellos en nuestro preciado y asqueroso mundo.
Hoy, es de esos días que estoy verdaderamente feliz, yo
sinceramente me considero una persona alegre y con bastante energía, pero
gracias a una película que vi ayer, me he dado cuenta de muchas cosas y me ha
alegrado tanto que cualquier cosa que me pasase hoy en mi contra, me importaría
una mierda.
Hacerme caso por una vez en vuestra vida y poneos esto mientras leéis el artículo
Antes de empezar a hablar de la película, os contaré mis
gustos cinematográficos para que vayáis conociéndome ya que, haré más de una
reseña a películas que realmente me han gustado.
Para empezar, y como muchos de los que me conocen ya saben,
adoro el cine asiático (en realidad todo lo relacionado con el oriente), yo ya
lo he dicho, pero para mí en Asia se realiza el mejor cine del mundo. No quiero
explicar ni desvelar mucho del cine asiático en este artículo ya que tengo
pensado escribir uno entero relacionado con este. Mi género favorito es el de
suspense, aunque últimamente me he visto muchísimos dramas (la mayoría
coreanos) y me está gustando mucho ese género. Y hoy, os vengo a hablar de un
drama, si más bien no también es comedia, que a mí personalmente, me ha
cambiado muchísimo.
“El verano de Kikujiro”, así se llama la octava maravilla
del mundo (vale, a lo mejor exagero, hay muchas películas más buenas) , del
señor Takeshi Kitano. Sí, es el que salía en humor amarillo, que lo conozcáis
por eso y no por su carrera cinematográfica me hace perder mucho la fe en el
mundo. Un director que, tras ver algunas películas suyas, no me cabe duda que
es de los mejores directores que ha conocido jamás esta industria que es el
cine.
Sinopsis (sin
spoiler)
Harry Potter muere y
Naruto se hace con la piedra filosofal.
Bromas aparte, la película se nos presenta como un drama,
una historia de un niño, llamado Masao, que termina las clases y se le presenta
el verano, un verano aburrido para un niño de 9 años, pero un día viendo un
álbum de fotos, ve a su madre la cual él no ha visto jamás, ya que vive con su
abuela porque su padre murió en un accidente, así que al más puro estilo
suicida decide ir en busca de su madre, pero su plan fracasa y se topa con una
amiga de su abuela, la cual le obliga a emprender su viaje con su marido el
cual es un antiguo yakuza. Solos y con tan solo una dirección, se ponen en
busca de la madre de Masao, lo que no saben es el océano de aventuras que
tendrán que vivir para llegar a su objetivo.
La película no se presenta como algo genial, de hecho, hay
muchas películas que se presentan muy parecidas pero esta no es una de ellas.
Se desarrolla algo lenta, y hasta la media hora no se presentan los problemas,
ni la verdadera acción y carne de la película, sin embargo, hay una aura mágica
que te rodea durante toda la película que hace que no puedas pensar en otra
cosa que no sea en lo que tus ojos están viendo.
Takeshi Kitano ha conseguido transformar lo que podía ser
una película con un argumento muy surrealista y sinsentido en algo, que es
apasionante y divertido.
El guión de esta película es simple, pero se va
desarrollando de una manera increíble, como una semilla de un árbol, que va
creciendo, y le van apareciendo todas esas ramas con sus hojas que le hacen
quedarse en lo que va a ser después, no es una película como las que hay ahora,
que lo que te presentan durante la media primera hora es lo que va a ser
durante toda la película, es un film que se va desarrollando poco a poco, y
cada vez se expande más en un huerto del que parecía vacío.
Las actuaciones de Takeshi Kitano (El ex yakuza) y Yusuke
Sekiguchi (Masao) son sublimes, Takeshi sabe llevar a la perfección a un yakuza
medio tonto que solo sabe encontrar soluciones mediante la violencia, y Yusuke
para ser un niño de 9 años, tiene una capacidad de enamorar al espectador
increíble, yo soy partidista de que enseñar a un niño a ser actor, y más de
películas dramáticas, es todo una faena y proeza la cual solamente unos pocos
podrían cumplir, pero este lo hace, y con muy buenos resultados.
La banda sonora de la película es casi el punto más fuerte,
una melodía que estoy seguro muchos de vosotros habréis escuchado en otra
parte, al igual que yo, ya sea otra película, un vídeo de youtube o un anuncio
de televisión, si me habéis hecho caso y la habéis escuchado tal como dije
arriba, podréis ver el gran maestro que es Joe Hisaishi compositor de muchas
películas de la Ghibli.
Y ya para acabar, diré que la sensación con la que te deja
el final de la película es de alegría, pero con un vacío que solo tu sonrisa y
lágrimas podrá llenarlo, así es, yo soy muy sensible con películas, y fue la
primera vez que lloré con una sonrisa muy grande entre oreja y oreja, fue una
sensación única e indescriptible, algo que espero, me vuelva a ocurrir pronto.
Gracias Takeshi Kitano.
Saludos barbudos.

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